Galerías y Museos 2.0

Galerías y Museos 2.0
Los avances tecnológicos están cambiando la forma en la que interactuamos con las Bellas Artes. Conforme a que el mundo digital muta nuestra forma de vida, todo a nuestro alrededor sufre el mismo cambio de paradigma, incluyendo las Galerías de Arte. O se aggiornaron o se quedan en el pasado. En Europa, que siempre están un paso adelante de Latinoamérica, las cantidades de visitantes a los museos están en baja, las personas prefieren invertir en paseos que les permitan tener experiencias, en vez de ser espectadores pasivos. Las galerías requieren de forma dramáticamente urgente, mejorar su juego, adaptarse a los tiempos... o perecer. Para muchos, ir a una Galería o a un Museo, es una experiencia que le permite salir de la locura de lo cotidiano, aislarse de la carrera de lo diario. Para otros, es frustrante ir a una Galería y ver que los visitantes miran a través de sus dispositivos móviles, lo cual reafirma la mentirosa idea que la tecnología y la cultura no pueden amalgamar. De hecho la tecnología bien aplicada, puede mejorar sensiblemente la experiencia de los visitantes, permitiéndoles un ida y vuelta. Más allá que haya artistas que declaren la guerra a los smartphones y que prohiben los celulares en sus exposiciones, ya llegó la hora que los Museos los incorporen como parte constitutiva. La tecnología puede servir de amplificador de experiencias, alentando a los Millennials a descubrir las obras de arte de una forma casi lúdica. El mundo virtual, puede servir de plataforma de despegue al el amor al arte, generando fuerzas de compromiso. En el mundo 2.0, los espectadores pueden dejar de ser solo eso y generar un protagonismo participativo, lo que permitirá a las instituciones culturales llegar a más personas, a nuevas audiencias y calar profundamente en ellas. Una forma de empezar, es con los recorridos virtuales, trabajar con guías on line, tanto de forma visual como auditiva, permitiendo formas de participación hasta ahora impensadas. La optimización de lo digital, no es para que la gente sea experta en tecnología, sino para que se familiarice con el arte, como lo hacen los niños, viendo, escuchando, hablando y repitiendo, asi como tambien emocionandose.
Se puede empezar tomando ideas de las tradicionales diapositivas, por ejemplo realizando una exposición de fotografías retroiluminadas la cual da nuevos brillos, colores y relieves, que casi tridimensionalizan las obras aumentando de forma superlativa, la calidad de la experiencia. Hoy en día, debido a los dispositivos digitales HD, FullHD y 4K, las Galerías y los Museos deben generar diferentes sensaciones en los visitantes, no podemos ofrecer la misma opción cultural que se dio en los últimos 100 años. Si queremos captar a los jóvenes, que se convertirán en los adultos de las próximas generaciones, debemos hablar en su mismo idioma, partir de herramientas que ellos conocen para llevarlos a experiencias culturales que no tengan nada que envidiarle a un festival de música electrónica ni a los recorridos 360 de YouTube. Desde ofrecer visitas guiadas interactivas, hasta poder descubrir actividades o juegos con su smartphones que están ocultas paras los visitantes "analógicos". Es un barajar y dar de nuevo en el mundo del arte. Los Millennials, están en el mundo de lo hiper: hiper-conectados, hiper-realidad, hipervelocidad, o las galerías se modernizan o quedarán "olvidadas"... irónicamente como piezas de museo.
En Japón, más específicamente en Tokio se lanzó un Museo de Arte Digital, lleno de obras de ese tenor. Liberando el arte de lo analógico y llevando los límites al siguiente nivel.
El mundo del arte es extremo, los Museos de Europa van desde "El día de la selfie en las Galerías", hasta los que proponen 60 minutos de visita sin smartphones.
Lo tecnológico, no es contenido, es continente, es vehículo, la idea siempre es encontrar un significado propio en el arte.
No hace falta comenzar con algo extremadamente costoso, una forma es fijando tablets en los diferentes sectores, que permitan ampliar lo que se ve, dar más información y que los visitantes puedan dejar su punto de vista o poder leer lo que otros sintieron con esa misma obra.